La entrada de hoy está dedicada al francotirador con más bajas certificadas de la historia: nada menos que 542 enemigos abatidos. Si ubicamos sus acciones militares entre los años 1939 y 1940, podríamos pensar que se trata de un tirador alemán o soviético... casi. Apodado por los rusos como "Belaya Smert" (la muerte blanca), Simo Häyhä era un finlandés de 1,52 metros de estatura que, armado con un viejo fusil de madera M28 Pystykorva, sembró el pánico entre las filas soviéticas en la Guerra de Invierno.
Simo Häyhä |
Nacido el día 17 de diciembre de 1905 en la pequeña localidad de Rautjärvi, Simo Häyhä se alistó en el ejército finlandés en el año 1925. No destacó especialmente en labores militares... hasta que el 30 de noviembre de 1939, la Unión Soviética atacó la frontera finlandesa. Viendo amenazada la seguridad de su país y de su pueblo natal (cercano a la frontera), Häyhä se armó con una vieja variante del archiconocido fusil soviético Mosin-Nagant y se echó al monte en busca de enemigos a los que abatir.
La grandeza de este francotirador se mide, además de por su infalible puntería, por la minuciosidad con la que preparaba cada disparo. Vestido competamente de blanco, Simo Häyhä se tendía en el suelo ignorando las temperaturas extremas (entre -20 y -40 grados centígrados) del crudo invierno finlandés y se metía un puñado de nieve en la boca para que su aliento no delatara su posición. Acto seguido, compactaba una pequeña barricada de nieve ante la boca de su fusil para que el disparo no removiese la capa blanca y los soldados soviéticos no pudieran ver de donde había salido la bala.
Sus 542 enemigos abatidos fueron conseguidos en tan sólo 3 meses de combates (lo que hace una media de unos 8 enemigos por día) pero si, además, sumamos a estas bajas las otras 200 que se le acreditaron con subfusil, la cifra de muertes se dispara hasta casi las 750.
Además de todo lo ya escrito, debe otorgarse a Häyhä el mérito incontestable de conseguir todos los disparos certeros que hizo con su M28 Pystykorva sin utilizar la mira telescópica, pues mantenía que el reflejo del sol en el visor podía delatar su posición y, por lo tanto, prefería usar como punto de referencia tan solo la montura metálica integrada en el propio fusil.
Después de la guerra |
El día 6 de marzo de 1940, en medio de un intenso tiroteo, una bala perdida explotó en la cara de Simo Häyha dejándole en coma. En medio de la nieve, fue rescatado por sus compañeros y no despertó hasta el día 13 de marzo de ese mismo año, fecha en la que se firmó la paz entre Finlandia y la Unión Soviética. Fue ascendido de cabo a teniente segundo y le fue otorgada la Cruz de Mannerheim (condecoración militar finlandesa equivalente a la Cruz de Hierro alemana).
Simo Häyhä tardó varios años en recuperarse de sus heridas, pero finalmente consiguió seguir con su vida y murió en la pequeña aldea de Ruokolahti el día 1 de abril de 2002.
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