viernes, 4 de noviembre de 2011

Kielhalen, la justicia en el mar

Hubo tiempos en que los marineros podían pasar meses a bordo de sus barcos; en que la vida seguía adelante entre millones de litros de agua salada, sin ver una sola porción de tierra en semanas. En esos tiempos, los capitanes de navío, como depositarios de la máxima autoridad en aquellas pequeñas patrias flotantes, debían cuidar de que sus hombres cumplieran las leyes del mar y no terminasen apuñalándose unos a otros por un pedazo de pan mohoso. Corría el siglo XVI y uno de los métodos de ejecución preferidos por los marinos era el kielhalen.

Kielhalen
¿Habéis oído alguna vez la expresión "pasar por la quilla"? Pues eso es lo que era exactamente el kielhalen. Al principio, se ataba al reo a una soga que se dejaba pasar justo por debajo del barco; acto seguido, se podía llevar a cabo la ejecución de dos maneras distintas: o bien se pasaba al condenado por la quilla de lado a lado, o bien se le arrastraba a lo largo del barco. Normalmente, la segunda opción era la elegida y, entonces, se volvían a presentar dos sencillas posibilidades: deprisa o despacio.
En caso de que la pasada se hiciera lentamente, el peso del propio ejecutado mantenía su cuerpo lejos de la quilla, pero el kielhalen se cobraba su vida por ahogamiento antes de que su cuerpo apareciera por el otro lado de la embarcación.
Si la opción elegida era la segunda, el reo no llegaba a morir ahogado... porque no le daba tiempo. En una rápida pasada, el cuerpo del condenado se desgarraba contra la quilla cortándose con los trozos de mariscos, conchas y demás escoria desecada que había quedado adherida al casco de la embarcación durante meses. La cantidad de morralla que se pegaba al fondo del barco era tal que en ocasiones llegaba a producir la decapitación del reo, que aparecía por el extremo contrario convertido en un guiñapo sanguinolento e irreconocible.

Como castigo, el kielhalen estuvo presente en la armada alemana hasta su abolición oficial en el año 1853, pero fue usado regularmente por la British Royal Navy, por capitanes mercantes independientes e incluso por piratas.

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