Hoy vamos a dar un curioso paseo a través de algunas de las muertes más ridículas y curiosas de toda la historia. Podría decir que no sé por dónde empezar... pero como el orden de los factores no altera el producto, vamos a presentarlo en formato lista:
- Carlos VII, rey de Francia y de Nápoles desde 1483 hasta su muerte en 1498. Este rey de constitución débil y salud enfermiza murió cuando tan sólo contaba con 27 años. Mientras se divertía en una partida del juego de pelota, se dió un cabezazo contra el dintel de una puerta que le produjo una apoplejía y una muerte casi instantánea.
- En España también tenemos lo nuestro... Enrique I de Castilla, el rey que nunca llegó a reinar. Este muchacho fue nombrado rey a la tierna edad de 10 años. La regencia fue llevada a cabo por su madre y, a la muerte de esta, por su hermana Berenguela. Poco después, la Casa de Lara se interpuso en la regencia obligando a Berenguela a renunciar y pactando para el joven Enrique un provechoso matrimonio con la princesa del reino de León. Este matrimonio nunca llegó a celebrarse debido a que Enrique, que a la sazón contaba con 13 años de edad, murió por una pedrada en la cabeza que le había dado un compañero de juegos en el patio de su palacio.
- Viajamos a Grecia para asistir a la muerte de Alejandro I en el año 1920. Ferviente admirador de los animales, contaba con una buena colección de ellos en sus jardines privados. No deja de ser irónico que muriese debido a una infección provocada por la mordedura de uno de sus propios monos.
- Avanzamos ahora hasta el año 1927. Isadora Duncan, archiconocida bailarina estadounidense se encuentra en Niza. Aún atractiva a sus 49 años, se monta en el coche de un mecánico italiano con la intención de dar una vuelta... pero la larga estola de seda que lleva alrededor del cuello queda enredada en los radios de una de la ruedas del coche e Isadora es lanzada fuera del vehículo, muriendo estrangulada por su bufanda.
- Atila, rey de los hunos y azote de Dios. En el año 453, la misma noche que celebraba su boda con la princesa goda Ildico, Atila se emborrachó tanto que ni siquiera se dió cuenta de que sangraba profusamente por la nariz. Se quedó dormido y sus hombres hallaron su cadáver a la mañana siguiente... ahogado en su propia sangre.
- Saltamos de nuevo hacia una época reciente. William Burroughs, afamado escritor norteamericano, se encontraba con su mujer en México en 1951 y el alcohol corría por doquier. En un momento de... especial lucidez, Burroughs decide que sería buena idea jugar con su mujer a Guillermo Tell, pero con un Colt 45. ¿El resultado? Burroughs fue encarcelado y su mujer recibió un bonito trozo de plomo entre ceja y ceja.
Podríamos añadir alguna más pero... la muerte de la señora Burroughs me parece sólo superada por el reciente fallecimiento del actor David Carradine, cuyo cadáver fue encontrado con una peluca y un liguero en la habitación llena de lencería roja de un hotel tailandés. El actor había muerto a la edad de 72 años mientras se infligía una auto asfixia con fines masturbatorios. En fin, la estupidez humana es inabarcable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario