Isla de Roanoke, actual Carolina del Norte, año 1.586. La conquista de América está en pleno apogeo y sir Walter Raleigh, fundador de la colonia de Virginia y político tenido en gran estima por la reina de Inglaterra, está empeñado en llevar a buen puerto su propósito de colonizar América del Norte.
A este respecto llevaba ya un tiempo dando la murga a Isabel I cuando la reina, no se sabe bien si convencida o simplemente hastiada por la insistencia de Raleigh, da su autorización para establecer una nueva colonia en el indómito norte del Nuevo Mundo con dos condiciones: toda la financiación debe salir íntegramente del bolsillo del político y la colonia debe funcionar de manera autónoma en un plazo de diez años.
Sir Walter Raleigh |
Dicho y hecho... casi. Raleigh, que además de político era un avezado marino, reune un grupo de 75 veteranos curtidos en mil batallas navales y los envía a la isla de Roanoke, de 46 kilómetros cuadrados y de clima benigno, perfecta para el establecimiento de la nueva colonia.
Los recién llegados encuentran que en la isla existe una población de indios y, lejos de trabar amistad con ellos, los soldados veteranos deciden emprender un ataque preventivo contra la población autóctona... que no sale demasiado bien. Al poco tiempo, los colonizadores suplican al famoso pirata Francis Drake que los saque de Roanoke y los lleve de vuelta a Inglaterra.
Sir Walter Raleigh, que no era tonto, aprende de su error y envía a la isla un nuevo grupo de colonos formado por 117 personas que incluye hombres, mujeres y niños, todos ellos civiles.
Además, para asegurarse del buen hacer de las gentes que deben asentarse en Roanoke, Raleigh pone al mando de la expedición al artista John White, amigo personal del político, que parte hacia la colonia acompañado de su yerno, su hija y su mujer embarazada.
La nueva población se instala en Roanoke e intenta establecer lazos de amistad con las tribus autóctonas... pero estas miran con desconfianza al grupo de White debido al estropicio causado por los hombres blancos que habían estado allí el año anterior. Los ingleses empiezan a temer por su seguridad y la de sus familias.
Indios de Roanoke (John White) |
Aún así, el artista convertido en alcalde no desiste en su empeño de buscar la paz y el equilibrio con los indios, pero los problemas se hacen cada vez más severos y la escasez de alimentos empieza a ser acuciante, por lo que White se ve obligado a tomar un barco hacia Inglaterra para solicitar la ayuda de su amigo Walter Raleigh y, por ende, de la corona.
John White parte de Roanoke en el año 1.587 dejando a los colonos que allí quedan dos simples premisas: en primer lugar, si se marchan deben dejar constancia de hacia dónde se han desplazado y, en segundo lugar, deben grabar una cruz de Malta en un árbol si la mudanza viene provocada por un ataque.
Con estas parte White hacia la madre patria, dejando a su mujer y a su hija recién nacida en la colonia con la esperanza de volver a verlas pronto... pero una vez más las cosas no salen como deberían.
El mar es tomado por los barcos de guerra durante la guerra anglo-española y el artista queda bloqueado en Inglaterra hasta que, tres años después, consigue que uncorsario se haga a la mar para llevarle hasta la colonia.
Cuando White llega a Roanoke, lo que encuentra le llena de temor. Todo el asentamiento está en silencio, las puertas de las casas cerradas a cal y canto y ni un alma a la vista.
Los colonos se han volatilizado sin dejar huela.... o casi. En un árbol aparece grabada la sílaba "cro" y en otro, un poco más allá, la palabra "croatoan". Eso es todo.
Croatoan |
White entiende desesperado que ha perdido a su mujer y a su hija. La cruz de malta que habían convenido no aparece por ningún sitio, por lo que el artista se niega a creer que el poblado hubiera sido atacado. En lugar de eso, White piensa que sus esfuerzos diplomáticos han calado en la tribu amistosa de los Croataoan y que, ante la amenaza de otros grupos autóctonos, estos se han llevado a su familia al interior del continente.
El gobernador, ahora sin súbditos, quiere ir al corazón de América del Norte en busca de su familia, pero el corsario que le ha levado hasta Roanoke tiene miedo de que una tormenta les deje varados en aquella isla y amenaza con hacerse a la mar dejando en tierra a White, quien se ve obligado a seguir al marino abandonando la colonia para siempre.
White murió en 1.606 en Inglaterra, sin haber vuelto a ver a su familia desde que partiera de Roanoke en el año 1.587, pero investigaciones posteriores apoyan la hipótesis del artista e invitan a pensar que los colonos habrían sido acogidos y, posteriormente, absorvidos por la tribu de los Croatoan.
El caso más significativo es el de la tribu Lumbee, habitantes de Carolina del Norte desde tiempos inmemoriales y autoproclamados como descendientes directos de los Croatoan. En esta tribu abundan los cabellos rubios y los ojos azules, rasgos nada comunes entre los indios y que la transmisión genética a partir de aquellos ingleses llegados a Roanoke habrían hecho posibles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario