martes, 20 de diciembre de 2011

El mecanismo de Anticitera

De todos es sabido que los antiguos griegos poseían un conocimiento científico muy superior al de los europeos de épocas posteriores. Este dominio del medio se perdió con la incursión de Europa en el oscurantismo de la Edad Media y no fue parcialmente recuperado hasta bien entrado el siglo XVI. Hoy vamos a dedicar unas líneas a un artefacto que demuestra el dominio astronómico de los antiguos griegos: el mecanismo de Anticitera.

Reconstrucción (2007)
Los primeros artefactos europeos que utilizaban engranajes diferenciales fueron datados en el siglo XVI. En base a esta afirmación, resulta sorprendente el descubrimiento de un mecanismo que hacía buen uso de ellos en fechas que oscilan entre el año 150 y el 100 a.C.
El mecanismo de Anticitera fue hallado a principios del siglo XX entre los restos de un naufragio y los científicos de la época quedaron deslumbrados ante lo que parecía ser una computadora capaz de calcular con precisión las posiciones del sol y la luna en el firmamento. Más tarde, el investigador británico Michael Wright "escaneó" el mecanismo con técnicas tomográficas y descubrió la verdadera magnitud del artefacto.

Su invención se atribuye al astrónomo griego Hiparco y su funcionamiento es, de cara al operario, relativamente sencillo: se giran una serie de manivelas para establecer la fecha que se desea consultar y el propio mecanismo se encarga de calcular cuál será la posición de los astros en esa fecha.
Lo interesante, sin embargo, se encuentra en las "tripas" del artefacto. Un número nada desdeñable de 30 engranajes perfectamente sincronizados se encargaba de establecer en dos discos que representaban el zodíaco griego y el calendario egipcio, la posición de la luna, la del sol... y las de los planetas Mercurio y Venus.
El mecanismo encontrado en Anticitera constaba de ruedas dentadas que hacían sus cálculos teniendo en cuenta la trayectoria elíptica de los astros, pero la complejidad de este aparato no acababa aquí.

Mecanismo
Durante las investigaciones y reconstrucciones más recientes del artefacto, se ha estimado que contaba con un número cercano a los 70 engranajes y que, además de la posición de Mercurio y Venus, era capaz de calcular con idéntica precisión la posición de Marte Júpiter y Saturno; es decir, el mecanismo de Anticítera podía establecer para una fecha dada la posición de la luna, del sol y de todos los planetas conocidos en la época.

Además de todo lo anteriormene dicho, el artefacto estaba enteramente fabricado en bronce y tenía las medidas aproximadas de un libro grande, lo que convertía el mecanismo de Anticitera en un "planetario de bolsillo" que se podía llevar a cualquier parte.

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