El día 7 de noviembre de 1.867
nacía en Varsovia una de las mentes más brillantes que ha dado la historia de
la humanidad. Su nombre era Marie Salomea Sklodowska y entre sus logros se
cuenta, entre otras cosas, el de ser la primera persona que ha recibido dos
premios Nobel en dos disciplinas distintas: física y química. Hoy vamos a
tratar de conocer a esta extraordinaria mujer recorriendo su biografía, hoy
vamos a hablar de Marie Curie.
Marie con 16 años |
Como ya hemos dicho, Marie nacía
en la Varsovia ocupada por el Imperio Ruso. Fue la menor de 5 hermanos (todos
ellos fruto del matrimonio entre Wladislaw Skoldowki y Bronislawa Boguska) y
mamó desde niña la importancia de las ciencias en la formación humana, pues su
madre era maestra además de pianista y su padre impartía clases de física y
matemáticas. Sabiendo esto, no es de extrañar que Marie pronto destacara en el
colegio imponiéndose a unos compañeros a los que dejaba atrás
incansablemente... lo que sí es un poco más raro es el hecho de que a los 4
años de edad ya supiera leer perfectamente y a los 15 se graduase dominando 4
idiomas.
Al igual que todos los jóvenes
polacos de esa época, nuestra protagonista fue educada en la fe cristiana, pero
la trágica muerte de su hermana Zofia (con la que se llevaba 5 años) a causa
del tifus, le hizo replantearse sus ideas y la llevó a abandonar el seno de la
Iglesia convirtiéndose en agnóstica.
En el año 1.891, cuando contaba
con 24 años de edad, Marie abandona su tierra natal y se traslada a Francia con
el objetivo de matricularse en la prestigiosa Facultad de Ciencias Matemáticas
y Naturales de la universidad parisina de La Sorbona. Allí, nuestra
protagonista se encuentra por fin en un entorno en el que se mueve como pez en
el agua: ya no destaca entre sus compañeros; es más, ahora debe esforzarse por
ponerse al nivel del resto de la clase. Aún con esto, en dos años Marie
sobrepasa una vez más al resto de sus compañeros consiguiendo la licenciatura
de física con la mejor nota de su promoción. Un año después, en 1.894, se
gradúa también en matemáticas siendo la segunda de su promoción y, aún más
importante, conoce al que sería su futuro marido, Pierre Curie, también físico
y con el que se casa apenas un año después tomando el nombre de Marie Curie.
Tras un idílico verano de luna de
miel, Pierre y Marie vuelven a París con un único objetivo en mente: Marie debe
conseguir el doctorado, lo que sólo había sido alcanzado antes por una mujer.
El descubrimiento de los rayos X en 1.895 y de la radiactividad natural el año
siguiente da a nuestra protagonista el tema perfecto para su tesis.
Encerrados en un cobertizo,
Pierre y Marie empiezan a ahondar en el
aún cenagoso terreno de la radioactividad natural, obteniendo pronto resultados
al descubrir que el Torio era capaz de producir radioactividad y que la
uraninita (mineral que constituye la mayor fuente de uranio) era más
radioactiva que el uranio propiamente dicho.
Pierre Curie |
A partir de este descubrimiento,
Pierre y Marie empiezan a trabajar aún con más ahínco tratando de aislar los
elementos que forman la uraninita, lo que consiguen un par de años después con
el descubrimiento de un nuevo elemento al que Marie decide llamar Polonio en homenaje
a su tierra natal y de otro al que otorgan el nombre de Radio debido a su alto
índice de radioactividad. Durante todo ese tiempo, los síntomas de la
exposición a la radiación empiezan a mostrarse en los cuerpos del matrimonio:
Pierre empieza a padecer una fatiga crónica que le obliga, en ocasiones, a
guardar cama y, además, las llagas y quemaduras producidas por la manipulación
de elementos radiactivos hacen acto de presencia dolorosamente… pero los
científicos aún no eran conscientes de los peligros derivados de la interacción
con elementos como el uranio y no le dan importancia a los signos físicos.
Finalmente, en 1.902 y tras
manipular 8 toneladas de uraninita, Marie consigue extraer un gramo de cloruro
de radio que presentará como tesis doctoral ante los científicos de La Sorbona y
que le valdrá el doctorado cum laude.
La investigación llevada a cabo
por el matrimonio Curie es recibida con gran entusiasmo en el círculo científico
de todo el mundo. Pierre y Marie son invitados a un sinfín de actos y deciden
poner sus descubrimientos a disposición de quien quiera consultarlos
renunciando a cualquier patente. Un año después, los Curie son recompensados
junto a Becquerel con el premio Nobel de física de 1.903, lo que reporta al
matrimonio una sustanciosa cantidad de dinero para que puedan seguir con sus
investigaciones. Pierre se afianza en su cátedra de física de la Sorbona y
Marie sigue adelante con sus pesquisas en el inexplorado campo de la
radioactividad… pero la calma no duraría demasiado tiempo: en 1.906 un carruaje
atropella a Pierre Curie causándole la muerte.
Marie queda severamente afectada
por la muerte de su marido, pero no solo no se deja morir sino que toma la
cátedra que dejó vacante Pierre convirtiéndose en la primera mujer de la
historia en dar clases en la universidad parisina. Aún con las horas que le ocupaba
su nuevo cargo, Marie Curie sacaba tiempo para dedicárselo a sus
investigaciones, que continuaron por buen camino durante cuatro años más hasta
que nuestra protagonista consiguió aislar un gramo de radio puro mediante un
sistema que puso en conocimiento de la comunidad científica renunciando, una
vez más, a cualquier tipo de patente y gracias al que consiguió el premio Nobel
de química de aquel año convirtiéndose así en la primera persona en obtener dos
premios en dos categorías distintas.
Marie al recibir su primer Nobel |
No pasaría mucho tiempo hasta que
estallara la I Guerra Mundial, que asoló Europa desde 1.914 hasta 1.918 y en la
que Marie participó activamente distribuyendo, operando y entrenando a otras
personas para que usaran varios centros portátiles de rayos x que ayudaron
enormemente a los cirujanos de campo en su trabajo cerca de las fronteras. En
los albores de la radiografía, se estima que algo más de un millón de soldados
se beneficiaron de las modernas técnicas llevadas hasta el campo de batalla por
madame Curie.
Marie el 4 de julio de 1.934 en
la clínica Sancellemoz de la Alta Saboya. Los años de exposición a la radiación
la dejaron ciega y la aquejaron de una anemia aplásica (una enfermedad de la
médula ósea) que se llevó su vida a los 66 años de edad. Aún así, Marie no dejó de ser
pionera ni después de muerta: 61 años después de su muerte, los restos de
nuestra protagonista fueron trasladados junto con los de su marido al Panteón
de París, donde reposan desde entonces y donde se convirtió en la primera (y
única) mujer en ser enterrada allí por méritos propios.
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