Día 6 de junio de 1944, 07:22 minutos de la mañana. Las barcazas británicas llegan a la playa de Sword (Normandía). Los enormes portones metálicos se abren y comienzan a escupir soldados sobre la arena, que no tarda en teñirse de rojo bajo el fuego alemán.
El estruendo de la fusilería, los morteros y las granadas de mano es tan brutal que la vista de los soldados se nubla, su audición se reduce a un pitido monótono y la moral cae en picado mientras las balas vuelan en todas direcciones.
Bill Millin |
De pie en el corazón de Sword, un comandante de 21 años desafía a la artillería alemana armado sólo con su gaita, con la que toca sin parar un sinfín de canciones populares. Los francotiradores de la Wehrmacht asisten asombrados al espectáculo, sin decidirse a disparar sobre aquel muchacho de Glasgow que se mantenía incólume entre la vorágine de muerte que se había desatado a su alrededor. Grave error.
Las notas roncas que salían de la gaita de Bill Millin sirvieron para levantar la moral de las tropas británicas y recordar a los combatientes que no sólo luchaban por expulsar a los alemanes de aquella playa normanda, sino también por sus vidas y las de sus seres queridos.
El propio Millin le quita importancia a su hazaña y, en una entrevista concedida a la BBC en el año 2006, llegó a declarar que "cuando eres joven haces cosas que no soñarías hacer de viejo. Disfruté tocando la gaita y no me di cuenta de que me estaban disparando".
El gaitero del día D murió tras una enfermedad en un hospital de Torbay, al sur de Inglaterra. Contaba con 88 años y con el reconocimiento de todos los soldados que participaron el la toma de la playa de Sword aquel fatídico 6 de junio de 1944.
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